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ISBN, el ADN de los libros

Número Internacional Normalizado del Libro (ISBN) es un número que todos ven y pocos saben explicar.

Julio 2019

Todos hemos escuchado hablar sobre el ISBN, sin embargo algunas veces definirlo puede resultar algo complicado. Se le asocia con un código de barras, cuando en realidad es mucho más que eso; en esencia es un número de registro único, algo así como una CURP (Clave Única de Registro de Población) que es asignado principalmente a los libros, incluyendo e-books y audiolibros, entre otras publicaciones.

Se puede aplicar a cualquier elemento que esté basado o esté en su mayoría conformado por texto y esté pensado para ser puesto a disposición del público en general, es por ello que en ocasiones se pueden incluir videos o cualquier otro tipo de material audiovisual, siempre y cuando sea con fines educativos y de formación. Los únicos que no reciben un ISBN son las revistas y los periódicos, ya que son publicaciones seriadas y entran en una diferente categoría.

Para estar seguro de a qué tipo de publicaciones les es posible asignar un ISBN hay que tomar en cuenta que deben de ser fijas, es decir, que ya están concluidas y no se harán cambios significativos en su contenido y forma. Esto no significa que a las obras con ISBN ya no se les puedan hacer modificaciones posteriores, es completamente válido y dependiendo del caso; por ejemplo si es una reimpresión del mismo libro sin hacer cambios significativos a la edición y el contenido, el ISBN seguirá siendo el mismo, en caso contrario, cuando a la obra se le hagan cambios sustanciales en sus partes o en su totalidad se le asignará un nuevo ISBN.

El Número Internacional Normalizado del Libro o ISBN por sus siglas en ingles, es uno de los identificadores a nivel internacional más común utilizado por editores, libreros, tiendas online entre otros. Su función principal es ayudar en el registro y a veces puede influir en derechos de autor aunque no ofrece protección de estos, simplemente es un código que ayuda a mantener un control definido en inventarios y existencias de los distribuidores de libros.

Gracias al ISBN se puede identificar tanto al autor, la obra, o la editorial responsable de su publicación, el número de la edición y su formato. Normalmente son los editores los encargados de solicitar el ISBN, ya que se les considera el primer responsable de llevar a cabo la producción de una publicación, no suele ser realizado por el impresor. En casos específicos puede ser el propio autor quien lo solicite, si es que ha decidido publicarse de manera independiente.

Este código está compuesto por cuatro grupos de números. El primero consta de tres números, es el prefijo internacional, actualmente solo puede ser 978 o 979, y siempre mantiene su extensión de tres dígitos. El segundo grupo es el que identifica al país, la región geográfica o área lingüística que forma parte del sistema de ISBN, la extensión es siempre de uno a cinco dígitos. Los siguientes dos grupos son los que identifican al editor o agente editor y al título de la publicación, teniendo una extensión de 7 y 6 dígitos respectivamente. El último y único número es el dígito de control, que valida el resto del código, a la vez que evita se generen errores. A partir de 2007 entró en vigor una reforma que ampliaba el código ISBN de 10 dígitos a 13, esto ocurrió a raíz de que los códigos ISBN de 10 dígitos comenzaron a agotarse por la gran cantidad de libros que se publican en el mundo. Y es que al ser números calculados matemáticamente para que el resultado siempre sea un número divisible de 11, se comenzaron a escasear.

El implementar la regla de que los números sumados sean divisibles entre 11 es una medida de seguridad para evitar enviar libros equivocados en caso de que accidentalmente se teclee un número mal. Cada número sigue un patrón para evitar que se repitan o haya errores.

El ISBN se puede encontrar de dos maneras, en forma de código de barras y como una serie de números. Deberá estar siempre en algún lugar visible, en el caso de los libros la mayoría se encuentra en la página legal justo después de la portada. En las publicaciones digitales, que no sean e-books, siempre se ubicará debajo del título. También puede aparecer en el empaque, caja o envoltorio y en el caso de los videos se coloca en los créditos.

Su principal función siempre será la de facilitar el registro, almacenamiento y la recopilación de datos estadísticos. Existen páginas que estudian estos datos y realizan enormes listas con ellos. Con estos datos, se podría saber por ejemplo cuántos libros existen en el mundo, o al menos cuantos están registrados dentro de este código. Muchos autores consideran el beneficio de tener un ISBN ya que aparecen en bases de datos y hace más fácil localizar sus libros.

Contrarío a lo que se llegaría a pensar, el ISBN no es algo obligatorio, aunque sí muy necesario, la gran mayoría de las librerías o bibliotecas muchas veces se niegan a aceptar libros que carezcan de este código, ya que les dificulta el control de sus inventarios. Por lo tanto con tal de evitar problemas la mayoría de autores y editoriales opta por hacer una solicitud de ISBN.

En México para solicitarlo es necesario acudir a INDAUTOR, organismo encargado de regular todo lo relacionado con los derechos de autor y la publicación de obras. Cada país cuenta con una institución u organización que se encarga de llevar el control de todos los trámites que corresponden a la asignación de un ISBN. Dependiendo del país los requisitos y el costo varían.

Para consultar un ISBN o la agencia correspondiente al país para solicitar uno, ingresar a la página web isbn-international. org. En el caso de México se puede ingresar al sito oficial de INDAUTOR.

isbn-international.org
indautor.gob.mx