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Una declaración de estilo, tradición y originalidad

Las manos de tejedoras, bordadoras y artistas textiles son milagrosas porque convierten sus necesidades y miedos en verdaderas obras de arte que usan para recordar la magnificencia de la vida.


Hablar del arte textil mexicano significa remontarnos en el tiempo, con siglos de historia y creatividad a lo largo y ancho del país. Las hermosas creaciones, en su mayoría elaboradas por mujeres, son el reflejo de la gente y sus costumbres, las tradiciones, gastronomía, y el mestizaje fruto de la conquista. Por eso México es reconocido como uno de los principales productores artísticos en el mundo textil.

La tendencia de bordados no sólo domina el territorio nacional, pues varios diseñadores internacionales como Givenchy, Lacroix, y McQueen, se han inspirado en los trabajos de ciertas regiones de México para sus finas colecciones, por ejemplo en Oaxaca, sus comunidades indígenas originalmente bordaban con la punta de una hoja de maguey o agave, el arte textil mazateco ‘‘dibuja’’ con hilos y agujas sobre una tela, que se van intercalando entre la manta con franjas de listón, satín o encaje, y que decir del arte Chinanteco, Mixe, Zapoteco, Maya, Purépecha, Otomí, el Huasteco, Veracruzano, el popular Mazahua, los Amuzgos, Tsotsiles, Tzeltal, Zoque, Rarámuri o Tarahumara por mencionar sólo algunos completan un abanico de colores y texturas muy vistoso.

Estas tradiciones se mantienen vivas gracias a sus mujeres, que son las encargadas de realizar estos trabajos, y aseguran que la mujer que sabe bordar automáticamente tiene la fortuna de formar su propia familia puesto que no todas tienen el don de crear.

Fernanda Melo es una diseñadora de modas que ha sabido rescatar estas tradiciones, sus diseños incluyen textiles como gasa, lino, chifón y seda, que complementa bordando con hilo de seda, una técnica oaxaqueña que presentó en el Fashion Week de Nueva York, y otras pasarelas internacionales como la de Italia y Miami. Los diseños de su casa de modas ‘‘Gasa’’ causan asombro por el juego de materiales y confección artesanal que complementa con chaquira, carrizo y rafia. Los diseños de alta costura son realizados por artistas de los Valles Centrales, Istmo de Tehuantepec y Tuxtepec.

Aunque ahora, además de la ropa con sus finos bordados, los parches han dominado la escena textil causando furor entre las marcas, pues se puden personalizar desde blusas, pantalones, chamarras, faldas, bolsos y hasta zapatos con este tipo de detalles. Se cosen directamente sobre la prenda o existen otros llamados parches termoadhesivos que se fijan mediante la aplicación de calor por medio de una plancha común, una técnica rápida y bastante sencilla.

El paso del tiempo ha dejado un poco de lado el talento manual de las artistas mexicanas dando paso a la modernidad, las grandes máquinas bordadoras que, conectadas a la computadora, hacen más sencillo la transferencia de patrones y replican en horas cientos de diseños que llevaría semanas realizarlos a mano. Entre las principales marcas de máquinas dentro de la industria de la confección del bordado en México son: Brother, Tajima, Futura, Ricoma y Singer entre otras, que mantienen viva la tradición pero de una nueva forma.