01 Octubre 2019
Una casa típica del siglo XVIII de Oaxaca, situada frente al ex Convento de Santo Domingo, es la sede el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) que aloja una de las colecciones más importantes de artes gráficas de Latinoamérica. Dentro de sus puertas, está la biblioteca especializada en arte, un cineclub, el centro fotográfico, la fonoteca y Galerías de exposiciones.
IAGO fue fundada en 1988 por el pintor Francisco Toledo, fallecido el pasado 5 de septiembre del 2019. Fué uno de los mayores artistas de Oaxaca y México, gran promotor de la cultura indígena y protector de la naturaleza. A lo largo de su vida hizo grandes aportaciones con sus pinturas y esculturas, así como en la conservación y difusión del arte para la población.
Francisco Toledo nació en Juchitán, Oaxaca el 17 de julio de 1940. Realizó estudios en la Ciudad de México en la Escuela de Diseños y Artesanías. Tiempo después viajo a París para estudiar y trabajar en el taller de grabado de Stanley Hayter. Su obra comenzó a ser expuesta alrededor de todo el mundo, destacando como pintor, impresor, dibujante, escultor y ceramista.
Su obra artística se caracteriza por la estética de la naturaleza, principalmente de animales poco comunes y que en su mayoría no se asocian con la belleza: insectos, sapos, iguanas, serpientes y murciélagos. En la escultura destacó por los bestiarios. Sus técnicas eran antiguas pero combinadas con otras nuevas, la influencia del arte prehispánico, combinado con la influencia de artistas de distintas escuelas europeas como Paul Klee y Marc Chagall.
Toledo también fue un gran activista. En su arte refleja una denuncia de la deforestación y destrucción de la naturaleza. Además, cuando desaparecieron los estudiantes de Ayotzinapa, a manera de protesta puso las fotos de cada uno en un papalote y salió a volarlos por las calles de Oaxaca junto a niños.
El artista zapoteco promovió y difundió la cultura y las artes del estado de Oaxaca. Con apoyo de otras instituciones fundó el Taller Arte Papel Oaxaca y Ediciones Toledo, que en 1983 publicó su primer libro. En 2006 creó el Centro de las Artes San Agustín (CaSa), primer centro de arte ecológico de América Latina, donde se produce y estudia fotografía, gráfica digital y diseño textil, apoyó la publicación de las revistas El Alcaraván, dedicada al mundo del grabado y Guchachi Reza; la creación del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), inaugurado en 1992; y la biblioteca Francisco de Burgoa.
Fue un hombre humilde y gran artista que buscó crear conciencia con el arte, lo hizo accesible a la población de Oaxaca contribuyendo con asociaciones para su difusión y protección. Toledo dejó un gran legado, no solo en Oaxaca sino en todo el mundo.
@IAGOmx