01 Febrero 2020
Si observas a tu alrededor, podrás llegar a la inquietante realidad de que -¡La tinta está en todas partes!- Pues casi todo los que nos rodea, a mayor o menos escala, requiere tinta. Tal vez se preguntarán: ¿Por qué inquietante? Pues porque a pesar de llenar nuestras vidas de coloridas piezas, la mayoría de ellas, si no es que todas, utilizan derivados del petróleo. Por ejemplo, el negro carbón, que se utiliza frecuentemente para producir la tinta negra, es equivalente a más de 8 millones de globos llenos de CO2 puro.
Por tanto, una tinta sostenible tendría un efecto en nuestro cambio climático que no debería subestimarse. La tinta a base de algas podría ser una alternativa sostenible a los productos derivados del petróleo. Pues, en comparación con el carbono usado tradicionalmente, esta resulta ser una alternativa que ayuda en la diminución de las emisiones de dióxido de carbono hasta en un 200%.
Living Ink, una empresa de biomateriales que desarrolla tintas ambientalmente seguras y sostenibles, que fué fundada por el Dr. Scott Fulbright y el Dr. Steve Albers en 2013, ha desarrollado una tinta a base de algas derivadas de la espirulina, en lugar de productos petroquímicos que tienen una huella de carbono negativa, es compostable y residente a la luz UV.
Las algas usan dióxido de carbono y luz solar para producir oxígeno (más de la mitad del oxígeno que inhalamos en una respiración profunda es producida por algas). Además, las algas crecen muy rápido y tienen varios colores, que son los mejores requisitos para la tinta sostenible. Otra ventaja es que las algas no necesitan fertilizantes, herbicidas o semillas genéticamente modificadas.
Para hacer esta tinta, las algas se cultivan en contenedores controlados, para luego compactarse y finalmente agregar componentes vegetales para completar tu formula. Debido a que es 100% biodegradable, puede ser desechada en una pila de composta para terminar degradándose en cuestión de días.
La tinta se puede procesar como cualquier otra tinta, de principio a fin. En un estudio del Instituto de Tecnología de Rochester se descubrió que esta tinta viviente, a base de algas negras, es más oscura y resistente a la luz ultravioleta que la tradicional. Y algunos impresores han informado que es más fácil de limpiar en las placas flexográficas que su contraparte tradicional, así como el hecho de que puede usarse para imprimir en casi todos los sustratos para embalaje.
Los primeros años de la investigación, sus desarrolladores descubrieron que esta nueva clase de tinta cambiaba de color con el tiempo, Pero eso no es todo, ya que desarrollaron una segunda tecnología donde las células vivas de las algas crecen con el tiempo cuando se exponen a la luz, por tanto, ¡Las tintas están realmente vivas! Por tanto, nuevas posibilidades emocionales se abrirán ante nosotros.
livingink.co