01 Septiembre 2018
Esta colección con más de 50 tableros de mesa que además de ser tan bellos que por sí mismo representan una obra de arte impresa, son una parte de la historia, tanto de la educación como de la impresión e ilustración del Siglo XVIII al XIX.
Fue coleccionada por Ellen Liman, una pintora y diseñadora, en conjunto con su difunto esposo Arthur. Hace poco se convirtió en un libro catálogo llamado Georgian and Victorian Boards Games: The Liman Collection.
Cazados desde los mercados de pulgas, ventas de garaje y subastas en líneas, estos juegos, en su momento, cimentaron la concepción de los niños sobre el lugar de Gran Bretaña en el centro del mundo y ensalzaron el valor de la educación.
“Son fáciles de jugar, pero tienes que ser realmente inteligente. Más o menos todos ellos a excepción de los de formato animal requieren un profundo conocimiento de cada ilustración para avanzar” dice Lima.
Estas piezas de la historia del Reino Unido, que vale la pena enmarcar y colgar en un sitio especial, surgieron poco después de que los libros para niños se produjeran en serie. Eran producidos a un costo relativamente bajo y hasta 1850 la mayoría de los juegos se hicieron usando grabados; una placa de acero que podía producir hasta 5,000 copias, cada una de las cuales tenía que colorearse a mano. Estos pusieron a prueba el conocimiento de la gente sobre astronomía, aritmética, arte y grandes descubrimientos, al igual que enseñaron sobre temas morales.