Mayo 2018
Para combatir la guerra económica, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, anunció la decisión de eliminar tres ceros a los bolívares, lo que supone el reemplazo de los actuales billetes por otros nuevos que comenzarán a circular en junio de este año.
En medio de una hiperinflación que alcanza, según cálculos de analistas, el 100% mensual, colocándola como la mayor del mundo, la reconversión monetaria resulta similar a la realizada en 2007, al eliminar tres ceros, para después en 2016 ordenar el cambio de billetes agregando tres ceros, mismo que ahora retira.
Para entender un poco mejor y ejemplificar la reconversión, una treintena de huevos en Venezuela alcanza los 600,000 bolívares, ahora costarán 600, sin embargo, el billete de mayor denominación que ahora será el de 500 bolívares no alcanza para comprarlos. La devaluación venezolana, según su gobierno, es incentivada por economías exteriores para desestabilizar el mandato de Maduro.
Se prevé que la entrada en circulación del nuevo cono monetario conformado por billetes de 2, 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 bolívares; y monedas de 1 bolívar y 50 céntimos, sea en el segundo semestre del 2018. Pero un nuevo problema acecha al Banco Central de Venezuela (BCV) y es que la producción de la casa de moneda de aquel país no reúne la capacidad necesaria para sustituir completamente los billetes que se imprimen con materia prima importada. Entonces y como lo hiciera en años pasados, tendría que importar una cantidad interesante de billetes durante los meses de abril y mayo para dotar a la economía del país sudamericano de suficiente papel moneda para junio como se tiene previsto.
Fuentes internacionales como el periódico estadounidense The Wall Street Journal, aseguran que la empresa encargada de realizar la titánica tarea será Crane Currency, una impresora de valores con sede en Boston.
Crane Currency no es la única empresa contratada por el gobierno de Nicolás Maduro para fabricar moneda. En 2015 recurrió a la empresa De la Rue, Reino Unido; Oberthur Fiduciaire, en Francia y la alemana Giesecke & Devrient. Otros aseguran que también ha negociado con la rusa Goznak y parte de la producción fue subcontratada a Canadian Bank Note Company.
A pesar de contar con una deuda pendiente con la inglesa De La Rue que le exigía el pago inmediato de más de 71 millones de dólares por concepto de suministro de billetes y papel para pasaporte.
Lo único cierto es que se necesitaría mantener un promedio de 40 billetes por habitante para el lapso de julio a diciembre de 2018, algo inferior a los 46 billetes por persona en 2008, y se requerirán 636 millones de billetes para cerrar el ejercicio 2018. A un costo de seis centavos de dólar por cada pieza, implicaría una erogación de 38 millones de dólares, eso sin incluir los costos de fletes y seguro de gastos de distribución.