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Empaques biodegradables

“La naturaleza es el principal productor de empaque del mundo: cada cáscara, corteza o piel tiene como objetivo protegerla”, expresó el diseñador italiano Bruno Munari, por lo tanto, los nuevos envases deberían ser compostables y no reciclados

01 Marzo 2019

Los empaques de plástico se han vuelto una parte integral de nuestra vida cotidiana, lamentablemente, la mayoría de ellos terminan dentro de nuestros océanos alterando la vida marina o en algún vertedero demorándose una eternidad en degradarse. Además contribuyen al calentamiento global al utilizar fuentes no renovables como el petróleo y otros productos químicos tóxicos, así como también, su producción y descomposición en si misma producen algunos subproductos desagradables.

Cada minuto, el equivalente de un camión cargado de plástico entra a los océanos, este preocupante hecho, unido a los extremos cambios climáticos que se viven cada vez con mayor intensidad, a provocado que muchos diseñadores han empezado a experimentar cada vez más con sustancias derivadas de la naturaleza en un intento por ofrecer alternativas ecológicas de empaques.

Que estos nuevos materiales ecológicos provengan de la propia naturaleza, se debe a la necesidad de que los nuevos empaques y envases deben ser compostables, ya que estos materiales son los más orgánicos del mercado. Y por encontrarse excentos de sustancias tóxicas y peligrosas, tienen un impacto ambiental nulo y un periodo de desintegración corto que no deja residuos.

La diseñadora italiana Emma Sicher, en su proyecto De peel a peel, ve la fabricación de envases para alimentos mediante la fermentación de celulosa microbiana, un cultivo simbiótico de bacterias y levaduras, también conocido como SCOBY, con restos de frutas y vegetales.

Para crear el material, Sicher experimentó con diferentes restos de frutas y verduras como manzanas, papas, betabeles, uvas y lúpulo de cerveza, que remojó en agua con compuestos acéticos y SCOBY, para crear diferentes colores y texturas en el material. También se pueden lograr diversas texturas y patrones por medio del secado del material sobre diferentes superficies.

Este empaque de celulosa microbiana es muy absorbente y más resistente al agua que el papel común, por lo que es adecuado para contener muchos tipos de alimentos secos. Además, requiere menos energía y recursos para realizarse y se puede compostar con desechos orgánicos para eventualmente convertirse en fertilizante para el suelo.

Por su parte, la diseñadora chilena Margarita Talep ha creado una alternativa sostenible y biodegradable a los envases de un solo uso, utilizando materia prima extraída de algas. Según la diseñadora, su material solo incluye sustancias naturales, incluidos los tintes para colorearlo, que se extraen de las pieles de frutas y vegetales como arándanos, col morada, betabel y zanahoria.

Este empaque de alga tarda aproximadamente dos meses en descomponerse en temperaturas de verano, dependiendo del grosor, y aproximadamente tres a cuatro meses para descomponerse completamente en invierno.

Este envase es especialmente adecuado para contener productos alimenticios secos. Como explica la diseñadora, la versatilidad del material derivado de algas significa que tiene el potencial de generar muchos tipos diferentes de bioplásticos, algunos más rígidos y otros más flexibles, solo al alterar las proporciones de polímero, plastificante y aditivo en la mezcla.

La mezcla básica se compone de un polímero, un plastificante y un aditivo, y las cantidades de cada ingrediente varían dependiendo de la consistencia deseada del producto final.

Pero no sólo los diseñadores se han empezado a preocupar al respecto, sino también empresas de todos los tamaños y partes del mundo. Por ejemplo, para la edición impresa del segundo fin de semana de este pasado enero, el periódico británico The Guardian, desechó sus empaques de polietileno a favor de uno compostable, en un intento por reducir sus residuos plásticos.

Este nuevo empaque, de un material translúcido, sedoso y biodegradable, se encuentra hecho de almidón de papa, que sin ningún tipo de sustancias modificadas genéticamente, se dice que el envase se compostará en su totalidad en un plazo de seis meses. El empaque está impreso con la instrucción de que no se debe de reciclar, sino que en vez de eso se debe desechar en una pila de composta para el hogar o en un contenedor de basura de comida o jardín.

frompeeltopeel.tumblr.com