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El origen de las tarjetas bancarias

Si revisas en tu cartera seguramente encontrarás al menos una tarjeta bancaria, un pequeño plástico para realizar compras en casi cualquier lugar


La invención de la tarjeta bancaria como la conocemos hoy en día tuvo lugar una noche de 1949 cuando se encontraban cenando en el Major’s Cabin Grill de Nueva York, Frank X. McNamara de la compañía Hamilton Credit Corporation, el abogado de McNamara y el nieto del fundador de las tiendas Bloomigndale’s, Alfred Bloomigndale, al momento de pagar la cuenta McNamara se dio cuenta que había olvidado su billetera, por lo que tuvo que llamar a su esposa para que le trajera el efectivo. Se juró que nunca le volvería a pasar algo similar, entre los tres esa noche idearon un método personal y seguro para poder pagar en diferentes restaurantes sin tener que llevar efectivo, así nació la ‘‘Diners Club’’ en 1950, la primera tarjeta de crédito conocida por la historia.

Hoy en día los plásticos de crédito y débito exigen medidas de seguridad de última generación como hologramas antifraude, microchips y tinta invisible que pasan por diferentes procesos que te mencionaremos a continuación.

DISEÑO
Lo primero que hay que hacer es preparar la imagen que llevará la tarjeta, plasmando los logos del cliente o institución bancaria, respetando las normativas ISO para adaptar el diseño.

IMPRESIÓN
Primero se introduce una plancha de aluminio en la grabadora, donde en su interior un láser graba el positivo del diseño en el aluminio, usualmente se utilizan cuatro planchas, una para cada color del proceso. Una vez impresos ambos lados del plástico se unen mediante varias capas para quedar completamente selladas. Posteriormente se utiliza una cámara y un lector de código de barras para alinearlas. La laminadora sella las capas a 150°C durante 18 minutos para convertirse en flexibles.

BANDA MAGNÉTICA
Todas las tarjetas de crédito almacenan información muy valiosa que se graba o inserta en diminutas partículas magnéticas de 10 mm de ancho. Posteriormente se cortan convirtiendo cada plancha en 32 tarjetas a razón de 375 por minuto.

CHIP
Después del corte, hay que añadir más seguridad, es esta fase del proceso una fresadora de alta velocidad incrusta el famoso chip de seguridad con una clave de software encriptada, un tipo de mini procesador de 32 bits donde se realizan muchos cálculos criptográficos.

TERMOESTAMPADO
Al final se graba el nombre del beneficiario con su número de cuenta y demás datos que vemos en el frente de las tarjetas de crédito en una máquina grabadora que lo hace a velocidades realmente sorprendentes. Al final se estampa un papel de aluminio que se calienta a 115°C para dar el acabado brillante y poder enviarlas a todos los clientes alrededor del mundo.

Las fábricas que hacen las tarjetas de crédito utilizan impresoras planas UV-LED como la UJF-6042 de Mimaki, y Versafire de Heidelberg. Anualmente se producen en cada una de ellas más de 100 millones de tarjetas.