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Celebración en México

25 de septiembre de 1539, se fundó la primera imprenta en México

25 Septiembre 2021

El 25 de septiembre de 1539, se fundó la primera imprenta en México y en América, por lo que ese día en México, fue elegido para celebrar originalmente “El día del Tipógrafo”, y posteriormente se le ha nombrado de varias maneras: “El Día del Impresor”, “El día de la Imprenta”, “El día de las Artes Gráficas”.

Primera imprenta en México

La imprenta en México se fundó en 1539 en la sucursal mexicana de la imprenta de Juan Cromberger en la ciudad de Tenochtitlán. Esta idea surge en la mente de Fray Juan Zumárraga, ya que en su arribo a la Nueva España (1528) este se dio cuenta de la necesidad de un taller tipográfico en el Nuevo Mundo. Pues todos los libros, en su mayoría destinados para la evangelización, eran importados desde Europa y esto atraía mayores costes, además de atrasos en el desarrollo intelectual y espiritual de la colonia.

Juan Cromberger

Llega a España el impresor alemán Jacobo Cromberger. Quien probablemente es el más ilustre de los impresores en la historia española. Introdujo maquinaria de procedencia alemana, la cual constaba de Prensas y Cizallas para el corte de papel. En 1507 es contratado por el rey Don Manuel de Portugal para que imprimiera en Lisboa una colección de leyes. A partir de ese momento su hijo, Juan Cromberger, se quedó a cargo de la sucursal española. Se sabe que entre padre e hijo lograron imprimir unos 293 libros, casi todos en lengua castellana.

Juan Pablos (Giovanni Paoli)

En 1539 Juan Cromberger llega a un acuerdo con Zumárraga y el virrey Antonio de Mendoza para establecer una imprenta en México. Para esta tarea recluta al italiano Giovanni Pauli (Juan Pablos), quien ya trabajaba para él en su taller ubicado en la ciudad de Sevilla (España). Entonces, el 12 de junio de 1539 estos dos firmaron el contrato que estipulaba la subordinación de Juan Pablos a la sucursal americana de Cromberger. Se embarcó Juan Pablos, su esposa Gerómina Gutiérrez, el cajista y prensista Gil Barbero y un esclavo de raza negra llamado Pedro, junto a todos los enseres necesarios (papel, prensa, tinta, etc.) en la nave de don Diego Martín. Cromeberger decidió no invertir un capital riesgoso, así que sólo otorgó la suma de 500 ducados a la empresa.

A los encomendados a esta empresa se les entregó un material tipográfico modesto, cuestión que dio como resultado que en las primeras ediciones de Juan Pablos se emplearan grabados en desuso dentro de Europa. Y las letrerías destinadas para la imprenta mexicana no pasaban de cuatro juegos góticos. La razón de esta decisión se puede dividir en dos matices: el primero parte de la decisión de economizar en material y no invertir en este hasta que las ganancias se convirtieran en redituables y la segunda parte del celo de Cromberger ante la posible emancipación de algunos de sus trabajadores de su monopolio, así los limitaría de los recursos necesarios para iniciar su propia imprenta.

El traspaso: Cromberger - Juan Pablos

La carencia fue una terrible acompañante de la imprenta mexicana en sus inicios, pues su dependencia a la casa Sevillana la mantuvo limitada por mucho tiempo, así en 1547 Juan Pablos presentaría sus quejas ante los Cromberger a raíz de las escasas ganancias. Cromberger muere en septiembre de 1540, un año después de la fundación de su sucursal americana. Resultado de esto fue que entre 1545 y 1548 la viuda de Juan Cromberger, Brígida Maldonado, tomó la decisión de traspasar el taller en el nuevo mundo al encargado: Juan Pablos. Esta acción marcó el inicio de un nuevo impulso en los albores de la imprenta mexicana.

Al finalizar el primer año de vida útil de la imprenta en México aparece “Breve y más compendiosa Doctrina christiana en la lengua mexicana y castellana”, con el pie de imprenta que señalaba su procedencia: “en casa de Juan Cromberger”, pero ésta ya era una obra originada en el nuevo mundo. Posteriormente, cuando Juan Pablos consigue hacerse de la imprenta los pies de imprenta aparecerán: “Juan Pablos Lombardo primer impresor en esta insigne leal ciudad de México”, así en las obras en latín su nombre latinizado: Ioannes Paulus Brissensis.

En 1542, Juan Pablos publicó la primera hoja periodística en América, en la cual se dieron a conocer los terremotos en Guatemala, sucedidos el 10 y 11 de septiembre de 1541.

Al tener bajo su nombre la imprenta, Juan Pablos contrató a Antonio de Espinosa, fundidor de tipos y cortador de grabados o punzones. Con esta acción y pidiendo capital prestado inició un proceso de modernización de la empresa en cuanto al material tipográfico; imprimió algunos libros de la Universidad de México.

Fin del monopolio de primera imprenta en México

En el año de 1560 se rompe el monopolio de la imprenta en México, siguiéndole Antonio de Espinosa entre 1559 y 1575; Antonio Álvarez en 1563; Pedro Ocharte entre 1563 y 1592; Pedro Balli 1574 y 1600; Antonio Ricardo entre 1577 y 1579; María de Figueroa (viuda de Pedro Ocharte) entre 1599 y 1601; Henrico Martínez entre 1599 y 1611; Luis Ocharte Figueroa entre 1600 y 1601; Diego López Dávalos entre 1601 y 1615; terminado esta primera etapa de la historia de la imprenta en México con Cornelio Adriano César entre 1602 y 1633.