En los últimos años la demanda de papel moneda en nuestro país ha presentado un crecimiento mayor desde el 2014.
En 1969 inició operaciones la Fábrica de Billetes del Banco de México (Banxico) con sede en la capital del país, produciendo papel moneda de todas las denominaciones con circulación nacional, pero los factores inflacionarios han triplicado la demanda de más billetes. Así lo muestran las proyecciones de Banxico, y prevén que en el 2018 los saldos requeridos sean mayores al 46% de los observados en 2014. El crecimiento ha puesto al límite de su capacidad a la planta de México, y para asegurar la provisión de moneda nacional a largo plazo, Banxico abrirá una nueva planta emisora de billetes en el estado de Jalisco, ubicada en El Salto, con una inversión aproximada de 3,500 millones de pesos, en donde se ofertarán 205 plazas, comenzando con la contratación de 75 personas para una primera etapa.
La ubicación se decidió por la alta demanda que tiene la región, además de la infraestructura aeroportuaria y carretera para facilitar el abasto nacional e internacional de efectivo. Se tiene contemplado que la nueva planta imprima billetes de papel y de polímero; recordemos que comenzaron haciéndose en papel, pero en el año 2000 se estudió la viabilidad de realizarlos con este nuevo sustrato para incrementar la durabilidad y mejorar la calidad de los billetes, evitando falsificaciones. Así se polimerizó el billete de 20 pesos que cambió su vida media de 8.3 meses a un promedio de 28.8 meses. Esta nueva fábrica tendrá una superficie de 28 mil metros cuadrados, contará con tres niveles, y se ubicará en un terreno del Parque Industrial de El Salto.
El edificio será inteligente y auto sustentable, basado en la certificación LEED (Leadership in Energy & Environmental Design), buscando el aprovechamiento de recursos naturales (agua y energía). Se estima que la fábrica de billetes inicie operaciones a principios del 2018. Adicionalmente, se construirá una bóveda de reserva para incrementar en 40% la capacidad actual de almacenamiento del banco central, lo cual permitirá mejorar los flujos de distribución de efectivo a todo el país.